Cuack

Cuack
Pato Cuack

jueves, 9 de octubre de 2014

Jueves 9 de Octubre de 2014

Y ya había fecha para el tatuaje!! Un sábado y de mañana, con lo que le gustaba a Pato Cuack madrugar con la luz del día. Si hubierais tenido la ocasión de conocerlo sabríais que esto era mentira, era un pato que podría pasar inadvertido entre una familia entera de armadillos, y no por su pico precisamente.


Era de destacar que le había tocado una fecha que significaba algo mas que un número para él, pero aún así tenía muchos nervios. Se supone que ya estaba todo hablado, decidido y no había nada mas que hacer que darle a las patitas, nadar como todos los días y esperar. Alguna idea de última hora? Volverse atrás y no hacerlo? Estaba todo tan claro como para no pensar mas en el tatuaje?
Pues no sabía que responder, pero por si no lo sabéis los patos se olvidan fácilmente de las cosas, vosotros pensar que su cerebro no es muy grande. Por ejemplo, solo tienen una palabra en su vocabulario, “cuack”, que sirve para todo. Que tienen hambre, cuack, que tienen ganas de beber, cuack, que los dejes en paz, cuack, que no queremos mas pan señora, cuack, ¡cuack!.


Así que si tenéis intriga por saber como acaba el asunto, solo os queda esperar. Porque Pato Cuack una cosa tenía clara, del blog no se olvidaba. O por lo menos, por ahora.

lunes, 6 de octubre de 2014

Lunes 6 de Octubre de 2014

Pato Cuack ya lo tenía todo claro, el estudio de tatuajes, quién quería que se lo hiciera, la zona, la forma, el color, etc. Vamos que solo faltaba pedir la cita y esperar a que el dolor fuera de esas cosas que contaría como “algo que no es para tanto”.



Otro de los puntos importantes del tatuaje, era la familia y los conocidos. Todos sabían que quería hacerse un tatuaje algún día, pero no todos sabían que iba a proceder a hacerlo ya de una vez. La familia quizás era el punto mas sensible de todo esto. Pato Cuack a sus 4 años de pato (27 años en persona humana), aún seguía viviendo en el nido con sus padres, digamos que sus padres no eran muy modernos y sus hermanas digamos que eran modernas, pero se pasaban de sobre protectoras, así que tomo una decisión que no correspondía con su actitud frente a la vida, esta era hacerse el tatuaje y no decírselo a nadie de su familia, vamos, un “sálvese quien pueda”.

Solo quedaba una cosa, como en la buenas carnicerías, pedir cita.